Traductor de Textos Google

Este es mi compromiso

Este es mi compromiso
Con tu voz nadie será silenciado

Hora: GMT - 05:00

jueves, 17 de septiembre de 2009

LA DESTRUCCIÓN DEL MEDIO AMBIENTE. Casos emblemáticos: USA: El arrasamiento de los Apalaches - Parte 2

Durante las últimas dos décadas, la minería por remoción de cima de montaña en los Apalaches ha destruido o dañado gravemente más de 1,000 millas de arroyos.

En los últimos ocho años, la administración Bush hizo todo lo posible para allanar el camino a esta práctica destructiva. Ahora, la administración de Obama está mostrando señales que planean acabar con ella.



Mitigación, o la desnaturalización de la naturaleza


Los científicos y los grupos ambientalistas también objetan el acercamiento a la mitigación de parte del Cuerpo de Ingenieros, la idea de que se pueda maquillar la destrucción de un arroyo, mediante la construcción de otro. Eso podría significar cavar un nuevo lecho de arroyo en las cercanías, o hacer uso de los "bancos de mitigación" en los cuales una compañía minera paga por la protección y "restauración" de humedales en otros lugares.


Pero las corrientes de los arroyos evolucionan en los paisajes a lo largo de milenios y soporta redes complejas de vida que no pueden ser reemplazadas fácilmente, así como así. "La creación del arroyo se encuentra fuera del ámbito de la ciencia actual" dice Maragaret Palmer, profesora de biología y especialista en arroyos de la Universidad de Maryland, quien testificó como experta para los grupos ambientalistas en las cortes. "No hay evidencia de que puedan hacerlo. No hay evidencia en este momento que esto sea todavía factible". Una típica técnica de construcción de arroyos practicada por las compañías carboneras, dice, es rudimentaria en el mejor de los casos: antiguos canales de drenaje son simplemente convertidos en "arroyos".


Este conflicto sigue sin resolverse en parte porque la ley divide responsabilidades por los rellenos de los valles entre el Cuerpo, EPA, la Oficina de Minería de Superficie del Departamento del Interior, y los Estados. "El proceso de autorización es complicado, hay muchos organismos involucrados", dice Jeff Collin, un gerente del programa de reglamentación del Cuerpo encargado de la supervisión de los rellenos de los valles. "La EPA no está tan cerca de esto como si lo está el Cuerpo. Por lo tanto ellos no siempre entienden todo lo que nosotros vemos, las distancias a las que llegamos para minimizar los impactos y buscar alternativas". Además, las normas limitan la jurisdicción de los cuerpos hacia el río mismo y 100 pies en cada lado. "El Cuerpo dice, lo que tenemos que mirar es el río", dice Collins, "hay otras agencias que controlan lo que sucede en toda la sede de la mina".


Es labor de la EPA mirar el ecosistema en su integridad. Y el cruce de lineas de autoridad ha creado un laberinto regulatorio y conducido a su aplicación errática e inconexa. El resultado ha sido la deriva: las empresas carboníferas no solo pueden obtener permisos para demoler montañas y rellenar arroyos, sino que deben lidiar también con más vallas regulatorias mientras hacen frente a la continua incertidumbre. Es una situación insostenible para todos los involucrados, que la EPA está tratando de resolver.


Pero quien quiere el cambio adonde todo está previsto para conseguir lo que se quiere


Los interesados no parecen estar dispuestos a un compromiso como el que aspira Brian Frazer, jefe de la rama de regulación de humedales y recursos acuáticos de la EPA, de sentarse todos, Cuerpos, EPA, OSM, y los estados, buscando una política ambientalmente amistosa que permita caminar hacia adelante. Al menos hasta ahora, la industria del carbón ha recibido la mayor parte de lo que quiere, dándole pocos incentivos para la negociación. Los grupos ecologistas quieren ver a la minería de montaña totalmente prohibida. Y el Cuerpo, que también debe participar en cualquier negociación, ha guardado con celo su autoridad para los permisos de lo que considera una interferencia de la EPA.


Sin embargo hay algunos signos de cambio desde lo alto, además de las acciones de EPA. Jo-Ellen Darcy, designada por Obama para dirigir los Cuerpos, maneja las cuestiones ambientales para el Comité de Finanzas del Senado y está bien considerada por los grupos ecologistas. Pero el Cuerpo es una burocracia muy tradicional y notoriamente resistente al cambio, y allí ella tendrá muchos otros retos. Por otra parte, es dudoso que un verdadero término medio -en el cual la minería de cima de montaña continúe con cambios limitados y con el medio ambiente de montaña preservado- aún existe.


Las empresas del carbón, sin embargo, se resisten a los cambios importantes, especialmente en cuanto al tamaño de los rellenos de valle. Un estudio encargado por la EPA encontró que limitar drásticamente el tamaño de los rellenos restringiría también la cantidad de carbón cosechado. De nivelarlos en 35 acres -una fracción del tamaño de la media del rellenado que puede cubrir cientos de acres- reduciría la producción de carbón de cima de montaña en un 77 por ciento. Ese sería un sueño hecho realidad para los ambientalistas -y una pesadilla para la industria del carbón.


fotos: cortesía de Vivian Stock (www.ohvec.org y SouthWings.org)y
Mountaintop Removal Road Show


ACERCA DEL AUTOR
John McQuaid, es un periodista especializado en ciencia, medio ambiente, y las diversas formas de disfunción del gobierno. Su trabajo ha aparecido en el Washington Post, Smithsonian, Slate, U.S. News, Wired, y Mother Jones, entre otras publicaciones. Su informe en el New Orleans Times-Picayune, ganó tres premios Pulitzer. También es co-autor de Camino de destrucción: La Devastación de Nueva Orleans y la Llegada de la Era de las Supertormentas.


fuente: Yale environment 360

No hay comentarios:

Conferencia Cradle to Cradle: La búsqueda de la ecoefectividad