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jueves, 7 de mayo de 2015

Choropampa: 15 años sin respuestas - Parte 1

A 15 años de uno de los desastres ambientales más nocivos que haya sufrido el país, el derrame de mercurio en Choropampa dejó impactos irreversibles en la salud de su población, desolación y pobreza. Hoy 8 de cada 10 choropampinos son pobres, mientras que 6 de cada 10 viven por debajo de la línea de la pobreza. La Minera Yanacocha inició una campaña para recuperar el metal, pusieron carteles donde ofrecían entre 100 a 300 nuevos soles por Kg. de metal recuperado, sin comunicar a la población que se trataba de un material tóxico.

Escribe Magali Zevallos, con la colaboración de Laura Grados. Fotografía: Javier Dueñas




“Maldita la hora que llegó un circo, nuestros hijos querían asistir. Para poder comprar las entradas al circo vendimos el mercurio. Todos los niños se tiraban a la pista, recogieron el mercurio con sus manos, muchos optaron por aspíralo con la boca porque la sustancia era escurridiza, así iban acumulando en sus recipientes, desconociendo del peligro que ello significaba”
El derrame de mercurio en Choropampa ha condenado a su población a vivir enfermos, al olvido y a la desolación. 15 años después de esta tragedia ambiental estas perniciosas huellas aún perduran en el tiempo. Esta localidad, ubicado a 61 kilómetros de Cajamarca es un pueblo que arrastra el fantasma del mercurio, de ser una zona comercial -concentraba en sus ferias a comerciantes de Chiclayo, Trujillo y Cajamarca, y abastecía además a otros distritos colindantes- pasó a ser un poblado olvidado. Cuentan sus habitantes que antes de la tragedia Choropampa era un lugar donde los choferes y los pasajeros de paso hacían sus paradas para alimentarse, ahora nadie se detiene por temor a intoxicarse.

Hace 15 años (2 de junio del año 2000), 151 kilogramos de metal mercurio inorgánico se extendió por aproximadamente 27 kilómetros de la carretera, desde el distrito de San Juan, cruzando por el Centro Poblado Menor de San Sebastián de Choropampa. Frente a este hecho trabajadores de la Minera Yanacocha iniciaron una campaña para recuperar el metal, pusieron carteles donde ofrecían entre 100 a 300 nuevos soles por Kg. de metal recuperado, sin comunicar a la población que se trataba de un material tóxico, este hecho ha sido registrado en el informe elaborado por la Oficina del Ombudsman y Asesor en materia de Observancia – CAO.

“Maldita la hora que llegó un circo, nuestros hijos de todo el pueblo y sus alrededores estaban acá, nuestros hijos querían asistir. Para poder comprar las entradas al circo vendimos el mercurio. También habían venido pobladores de 30 caseríos a hacer sus compras. Todos los niños se tiraban a la pista, recogieron el mercurio con sus manos, muchos optaron por aspíralo con la boca porque la sustancia era escurridiza, así iban acumulando en sus recipientes, desconociendo del peligro que ello significaba”, se lamenta Juana Martínez, presidenta del Frente de Defensa de Choropampa.

Una semana después, ante los efectos perversos del mercurio, centenares de personas empezaron a ingresar a los diversos centros de salud de Cajamarca con síntomas similares: ronchas en la piel, malestar del cuerpo, náuseas, vómitos, diarreas. La inhalación de esta sustancia empezó a minar la salud de las personas, el Informe de la Defensoría N°62 narra que 755 personas fueron atendidas por intoxicación, requiriéndose la hospitalización de muchos de ellos, por la manipulación o recolección del mercurio sin las condiciones de seguridad.

“Empezamos a recogerlo con nuestras manos, con cuchara y recipientes, vinieron muchos niños, al día siguiente personal de la posta nos dijeron que podría ser tóxico, porque una técnica de la posta de salud se encontraba enferma, no creíamos, hasta que pasaron los días, hasta que vimos que la obstetriz Luisa Arribasplata y su hija estaban intoxicadas. Arribasplata ingresó de emergencia al Hospital de Cajamarca, y debido a la gravedad de su situación fue evacuada a Lima, señala Verónica Sánchez, pobladora de Choropampa. Un informe de la Ong Fedepaz reporta que Arribasplata tiene lesiones cerebrales irreversibles, quedando reducida a un estado vegetal. Mientras que su hija tiene insuficiencia renal severa, permanentemente debe someterse a un tratamiento de hemodiálisis.

Ocho años después, un Informe del Ministerio de Salud (N°188-2008-DGSP/DSS/MINSA) determinaba que aún había mercurio en las viviendas de Choropampa. “De un total de 18 casas evaluadas, 7 resultaron contaminadas por mercurio elemental con valores mayores a los establecidos por EPA- 1997 siendo éstos hasta 0.3 ug/m3 (0,0003mg/m3)”.

El informe señala además que alrededor de 1,600 habitantes se expusieron al derrame de mercurio. 49.1 kg de mercurio fueron recuperados, 17.4 kg se perdieron en el suelo, 21.2 Kg. se evaporaron, y 63.3 Kg. no fueron recuperados.

Los análisis realizados por el laboratorio CICOTOX de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos afirman que este hecho generó una contaminación mercurial gravísima.

La pesadilla del mercurio


Bajo el sol de mediodía llega a la posta médica del pueblo Clotilde Cachay Portilla, de la mano de su hija Doris, joven de 22 años, que aparenta menos edad de la que en realidad tiene: es callada y mantiene la cabeza gacha, siempre lleva un gorro para ocultar su rostro. A los 7 años de edad, ella recogió con sus manos el mercurio que derramó el camión cisterna de la empresa RANSA S.A., subcontratista de Yanacocha. Su madre sostiene que pensó que se trataba de azogue, para los pobladores de la zona el azogue es considerado una sustancia con cualidades curativas, un remedio contra el susto.

Un año después de ese hecho, empezó el calvario para Doris, las huellas que le dejó el mercurio han marcado su vida para siempre. “Ella no puede hacer nada, no puede lavar, no puede cocinar, y tuvo que dejar la escuela. Ella era una niña sana”, dice la madre.

Clotilde no ha denunciado a Yanacocha por los daños irreparables en la salud de su hija. “Antes que mi hija empezara a perder los dedos de las manos, era una excelente estudiante en la escuela, estaba en tercer grado de primaria y quería ser enfermera”. Cuando la llevó al doctor, nadie supo explicarle por qué su hija presentaba esos síntomas ni por qué había perdido la vista en uno de sus ojos. 15 años después del derrame, ella hasta ahora no encuentra respuestas, pese a que todos los síntomas indican que fue contaminada por el mercurio.

Desde la minúscula plaza de Choropampa, que en su parte central está techada y tiene asientos en forma de círculo, se divisa el paso lento y resignado de ambas mujeres.

Es sábado y el único plan para hoy de aquella muchacha de 22 años, solo es estar encerrada en su habitación, para que nadie vea las heridas que desfiguraron su rostro. Doris está condenada al encierro perpetuo, a la soledad voluntaria, al silencio, a la pobreza y el analfabetismo.


"Choropampa: 15 años sin respuestas", publicado por Diario 16, 02 de Mayo del 2015 

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