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lunes, 19 de abril de 2010

ECO-EFECTIVIDAD: Una revolución de conciencia



La ecoefectividad.

Un concepto revolucionario que desde principios de década, viene rondando los escaparates del diseño, la construcción y la producción ecológica, como una forma de hacer frente al problema del medio ambiente, aunque sin terminar de hallar ese espacio sólido y consensual que nos permita ver la lucha contra aquellos desórdenes ocasionados en gran medida por el uso irrestricto del combustible fósil, como algo factible y esperanzador. Una lucha con mirada reparadora y no solo atenuadora, como la que nos sugiere el concepto actual instaurado por la ecoeficiencia que, si bien, con muy loables propósitos se viene erigiendo en la "solución" provisional al problema básicamente energético, ya que en muchos casos la idea del reciclaje no logra más que perpetuar una convivencia con productos "no degradables" y/o de probada toxicidad humana y ambiental, pero sin lograr persuadir definitivamente por un giro radical hacia una alternativa integral que permita hacer frente al grave problema de la contaminación de cuyos plazos cada vez más y más adolecemos.


La ecoefectividad, concepto acuñado a raíz de la publicación del libro "Cradle to Cradle" (De la cuna a la cuna), por el arquitecto norteamericano William McDonough y el químico alemán Michael Braugart, en el se busca hallar la solución al problema ambiental desde el propio diseño, pero apenas incidiendo en ese factor de habitualidad de tanto arraigo en el ser humano, su perspectiva. En el debe permanecer intacta la naturaleza y sus ciclos. No son suficientes los actuales conceptos de reducción del consumo de energía y la reutilización de materiales de lenta degradación. Es necesario realzar el concepto desecho=alimento, y afianzar los ciclos naturales a través de los cuales la naturaleza pervive, un diseño de productos que implique un volver a ser materia prima al final de cada ciclo de vida. Enfatizar en lo posible en el uso natural de la luz solar como iluminación; del aire para los sistemas de ventilación y enfriamiento; y la acumulación de aguas de origen pluvial mediante los techados verdes, como una forma de ahorro efectivo de energía y purificación atmosférica que finalmente no solo reduzca sino corte paulatinamente los principales focos de contaminación del planeta.




Foto 2. 2006, 'Techo verde' de la planta Ford, en Dearborn, Míchigan, tres años después de ser implementado el nuevo diseño, con el manto verde ya más afirmado. Cortesía de Greenroof.org)

Como en un universo corporativo y poblacional que crece de forma exponencial no será suficiente el uso natural de los elementos para un ritmo de vida basado en la energía eléctrica, el proyecto tiene previsto un uso alternativo de la energía eólica, solar, biomasa, etc., como una forma de compensar las insuficiencias de suministro de energía iniciales en el sistema productivo y doméstico. Y vale la pena mirar este gran proyecto desde la óptica más cotidiana para darse cuenta de todos los beneficios que trae consigo. 'A partir de', ya no será más un acto altruista de desprendimiento poner el grano de arena en la lucha por el medio ambiente, pues al tener de por medio la posibilidad de negocio y rédito directamente involucrado dentro del proceso -abiertamente regenerativo del medio ambiente-, la eterna disputa entre la producción y la ecología queda definitivamente de lado. Solo queda implementar el concepto de tal forma que tampoco la competitividad se vea afectada y más bien promueva un nuevo orden global que no solo conforte corazones y esperanzas de supervivencia entre las generaciones por venir, sino y sobre todo, aliente un desarrollo saludable de los seres humanos en medio de un bienestar económico digno. Como no podía ser de otra forma, son los países europeos los que ponen la primera huella y se embarcan en proyectos de tipo corporativo, que es la única forma de echarlo a andar, pues, por ser innovador, el concepto, ha logrado crear reticencias iniciales en los entes industrializados. Y no es el caso de Holanda y Alemania, que son al parecer los países que tienen proyectos de ecoefectividad más avanzados en sus planes de desarrollo ambiental. El gobierno Neerlandés, por ejemplo, se ha fijado como meta el 2012, para que todos los proyectos públicos sean llevados a cabo de conformidad con el principio C2C[1].




Fotos 3 y 4. 2006, el mismo techo de la planta Ford, en Dearborn, y los consecuentes resultados de un ecosistema recuperado para otras especies vivas. (Cortesía de Greenroof.org)


El techo verde.
Uno de los aspectos más llamativos del concepto de ecoefectividad, es ese volver interactivo de 'la naturaleza como seno' a la vida cotidiana y productiva del ser humano, a través de su presencia 'in situ' dentro del concepto mismo de su hábitat más inmediato, pero como antaño, no solo como un factor de afinidad con la estética o el particular buen gusto individual, cual sería la presencia de jardines exteriores o interiores en la edificación -lo cual es de por sí loable si tenemos en cuenta de la gran presencia del cemento, el fierro o la madera muerta en nuestras cada vez más tugurizadas vidas- sino, y esto es lo novedoso del proyecto, cumpliendo tareas protagónicas y funcionales en sus techos y paredes. El principal beneficio: el embellecimiento y su cuota de relax en la ajetreada vida urbana del automatismo y el estrés. Factores como un mayor espacio para la oxigenación y reparación de la biodiversidad; el enfriamiento del ambiente o la recuperación y almacenamiento de aguas pluviales para un uso alternativo -el cual en gran escala eliminará la posibilidad de colapso de alcantarillas o inundaciones-, son ventajas directas que nos ofrece este nuevo contacto con la vida natural. El aumento de la tasa de vida de las techumbres o, el aumento de valor del activo verde, así como la reducción del uso de energía en sistemas de enfriamiento e iluminación, son ventajas económicas que agregan atractivo al concepto de ecoefectividad.


Foto 5. Bello Arboreto de Bernheim, laureado con el premio LEDD Platinum de USGBC 2007. Cortesía de Mcdonoughpartners.com


Las primeras respuestas.
Dos de los primeros galardones merecidos por William McDonough + Partners, empresa sustentable del concepto, fueron los Green Roof Awards of Excellence [Premios Techo Verde a la Excelencia] recibidos en la categoría Extensive Industrial Comercial [2], los años 2003 y 2004. El primero de ellos, es atribuído a las oficinas de Gap Inc., localizado en las colinas bajas del Aeropuerto Internacional de San Francisco, en San Bruno California, 'diseñado para integrarse casi sin problemas dentro de la pendiente escarpada de sus colinas'.


El segundo galardón, recibido en 2004, fue por la remodelación de la planta de montaje de Ford Dearborn en Michigan (Fotos 2, 3 y 4), que en noviembre de 2000, anunciaba una importante inversión de $ 2 mil millones en la remodelación de su planta con el más grande techo ecológico vivo de una edificación industrial. El factor biológico en cuanto a la composición de los suelos, el tipo de plantas a ser sembradas y su capacidad de resistencia al frío y la sequía, así como aspectos de mantenimiento, tales como el riego, la fertilización y el control de crecimiento, estuvieron a cargo de las áreas de cultivos y suelos y de horticultura de la Universidad de Míchigan.

Ese mismo año, a la Planta de Ford le era concedido el Record Mundial de Guinnes al techo verde más grande del mundo, con sus 454,000 pies cuadrados de extensión verde, sumándose tal distinción al Premio Dorado, LEED Award recibido en 2003 de parte de US Green Building Council (USGBC), destinado a promocionar la construcción ambientalmente responsable, 'lugares rentables y saludables para la vida y el trabajo'.


Por si fuera poco, más recientemente, en 2009, William McDonough + Partners, fue nuevamente premiado por su trabajo en el Arboreto de Bernheim, con el Premio a la Construcción del Ciclo de Vida otorgado por EPA, ya en 2007 ese mismo centro de exhibición había sido merecedor del galardón, LEDD Platinum de USGBC, 'por la búsqueda de nuevas vías de conexión entre el día a día de las personas y la naturaleza'.




Imagen 1. Nuevas instalaciones de la NASA a la entrada de Ames Research Center, diseñada para mostrar la cultura de la innovación que encarne el espíritu de la NASA. Cortesía de Mcdonoughpartners.com


Otros proyectos importantes de William McDonough + Partners, entre ellos las nuevas instalaciones de la NASA a la entrada de Ames Research Center (Imagen 1), está diseñado para mostrar la cultura de la innovación de la NASA, cuyo edificio resultante será un lugar de trabajo flexible, lleno de luz antideslumbrante, aire fresco y abundantes conexiones con el exterior, con un servicio de sistemas que, con el tiempo, sólo el uso de energía renovable y el agua en circuitos cerrados, mantendrá.




Finalmente diremos que el concepto de ecoefectividad, en el momento actual, se configura en la alternativa más completa y práctica que jamás hayamos tenido y merece una mayor atención de la que se le ha deparado hasta el día de hoy. Su dedicación al más mínimo detalle y ese entrelazamiento de idea tras idea de su filosofía convivencial, crea tal nivel de credibilidad que solo puede sugerir una pregunta: Como fue que no lo pensamos antes? O quizás: Como es que todavía lo seguimos pensando?


REFERENCIAS:

[1] ’Cradle to Cradle’: un principio globalmente sostenible. http://www.cowi.com/menu/news/newsarchive/society/Documents/Ekspertinterview_Michael%20Braungart-EN-final02.pdf

[2] El término "Extensive" se refiere al espesor del sustrato menor de 6 pulgadas. Existen tres tipos de techos verdes. Los otros dos son: Intensive Roofs o Techo Profundo, con sustratos mayores de 6 pulgadas, y el Híbrido, una mezcla de ambos. (Imagen 2, 'About Green Roofs' cortesía de Greenroofs.org).


Más fotos:

Foto 1: William McDonough y Michael Braungart, cortesía de http://www.greenatwork.com/

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Conferencia Cradle to Cradle: La búsqueda de la ecoefectividad