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lunes, 11 de enero de 2010

Efectos del Cambio Climático Global en los Estados Unidos - Parte 1


El 16 de junio de 2009, el gobierno de los EE.UU. presentó un informe detallado de la evolución del cambio climático en los Estados Unidos que centra su enfoque sobre las regiones del país, y aspectos importantes de la sociedad y la economía como la energía, el agua, la agricultura y la salud. Producido por un consorcio de 13 agencias científicas gubernamentales y varias universidades e institutos de investigación, el informe proporciona un consenso científico de como el cambio climático viene afectando y puede afectar más los Estados Unidos.

A continuación, un resumen de algunos tres ítemes más importantes del informe de co-relación directa en la subsistencia humana, como: sociedad, agricultura y agua, cuya lectura anhelamos, despierte el interés de aquella porción de la sociedad cuya participación activa en el consenso climático global, mucho se deja extrañar, siendo, como es natural, su propio reflejo también la actitud de sus autoridades cuyo grado de acción en la política ambiental mundial, cierto es, mucho depende de cuanta presión "bien documentada y bien concienciada" ejerzan sus electores, quienes son los que sufren en 'carne propia' los embates de la naturaleza.


SOCIEDAD

La sociedad es especialmente vulnerable a los extremos, tales como las oleadas de calor y las inundaciones, muchos de los cuales vienen creciendo a medida que el clima cambia. Y mientras que es probable que hayan algunos beneficios y oportunidades en las primeras etapas del calentamiento, a medida que el clima continúe cambiando, los impactos negativos se prevé, dominarán.


El desplazamiento y opciones de desarrollo hacen a muchos americanos vulnerables a los esperados impactos del cambio climático.


El crecimiento demográfico en los Estados Unidos durante el siglo pasado ha sido más rápido en el Sur, cerca de las costas, y en las grandes zonas urbanas. Los cuatro más populosos estados en 2000 -California, Texas, Florida y Nueva York- representaron el 38 por ciento del crecimiento total en la población de los EE.UU. durante ese período de tiempo, y comparten importante vulnerabilidad a las tormentas costeras, sequías severas, aumento del nivel del mar, contaminación del aire, y el efecto 'Islas de calor urbanas'. Pero los patrones de migración están cambiando ahora: la población del Mountain West (Montana, Idaho, Wyoming, Nevada, Utah, Colorado, Arizona y Nuevo México) se prevé aumente en 65 por ciento entre 2000 y 2030,representando un tercio de todo el crecimiento de la población de los EE.UU.


Las costas de Estados unidos ha experimentado un pronunciado crecimiento de su población en regiones de mayor riesgo de actividad de los huracanes, elevación del nivel del mar y oleaje marino -poniendo a más gente y bienes en peligro a medida que la probabilidad de daño crece. En las costas del Atlántico y el Golfo donde la actividad de los huracanes es prevalente, las tierras costeras en muchas áreas están hundiéndose mientras que el nivel del mar se eleva. Las actividades humanas están agravando la pérdida de humedales que una vez ayudaron a amortiguar la línea costera de la erosión debido a las tormentas. La devastación causada por huracanes recientes pone de manifiesto la vulnerabilidad de esas áreas.


El área de mayor crecimiento del país es Mountain West, una región proyectada de enfrentar severos y más frecuentes incendios forestales y de tener menos agua disponible, particularmente durante los períodos de alta demanda del verano. A causa de la gran demanda de riego por parte de la agricultura, la sobre-explotación de los ríos y arroyos es común en el árido oeste, particularmente a lo largo del rango frontal de las Montañas Rocallosas en Colorado, al Sur y en el Valle Central de California. El rápido crecimiento económico y de población en estas áridas y semi-áridas regiones ha aumentado dramáticamente la vulnerabilidad del déficit de agua.


La vulnerabilidad es mayor para aquellos que tienen pocos recursos y pocas opciones.

La experiencia con el Huracan Katrina demostró que los pobres y los ancianos fueron los más vulnerables debido al lugar donde vivían y a su limitada capacidad de mantenerse fuera de peligro. Así, aquellos que tenían menor proporcionalidad, perdían más. Y es claro que las personas con acceso a recursos financieros, incluidos los seguros, tienen una mayor capacidad de adaptación, recuperación, o de escape de los efectos adversos del cambio climático de aquellos que no lo tienen.

Los nativos americanos que viven en reservas establecidas están restringidos a los límites de las reservas y por lo tanto tienen opciones de reubicación limitadas. En Alaska, más de 100 aldeas en las costas y en las zonas bajas a lo largo de los ríos están sujetos a mayores inundaciones y erosiones debido al calentamiento. El calentamiento también reduce la disponibilidad y accesibilidad de muchas fuentes de alimentación tradicional para los nativos de Alaska, como las focas y el caribu, cuyos patrones de migración dependen de su capacidad de cruzar los ríos y humedales congelados. Esta gente vulnerable se enfrenta a perder sus medios de vida actual, sus comunidades, y en algunos casos, su cultura, que depende de formas tradicionales de recolección y compartimiento de alimentos. Las culturas nativas del sur oeste son particularmente vulnerables a los impactos del cambio climático en la calidad y disponibilidad del agua.


Los residentes de la ciudad y la infraestructura tienen vulnerabilidades únicas al cambio climático.


Más del 80 por ciento de la población de los Estados unidos reside en áreas urbanas, las cuales están entre las que más rápidos cambios en su ambiente experimentan sobre la tierra. En las recientes décadas, las ciudades han llegado a ser cada vez más extendidas, complejas e interconectadas con las economías e infraestructuras regionales y nacionales. Las ciudades también experimentan una multitud de problemas sociales, incluidas la degradación del vecindario, la congestión del tráfico, la delincuencia, el desempleo, la pobreza y las iniquidades en salud y bienestar. Cambios relacionados con el clima tales como un calor elevado, la escasez del agua, y los fenómenos climáticos extremos añadirán mayor estrés a los problemas existentes. Los impactos del cambio climático sobre las ciudades se ven complicados por el envejecimiento de la infraestructura, las construcciones y las poblaciones, así como la contaminación del aire y el crecimiento de la población. Es más, la infraestructura diseñada para manejar variaciones climáticas del pasado pueden infundir una falsa seguridad en su habilidad para manejar cambios futuros.


A medida que las ciudades crecen, estas alteran los climas locales mediante el efecto 'Islas de calor urbanas'. Este efecto ocurre porque las ciudades absorben, producen y retienen más calor que las áreas circundantes. El efecto islas de calor urbanas ha elevado el promedio urbano de temperatura del aire entre 2 a 5º F más que las áreas circundantes durante los últimos 100 años, y de hasta 20ºF más en la noche. Estos aumentos de temperatura, por encima del aumento general ocasionado por el calentamiento inducido por el hombre, afectan a los habitantes urbanos de muchas maneras, influyendo en la salud, el confort, los costos de energía, la calidad del aire, la calidad y disponibilidad del agua, y hasta en el delito violento( el cual se incrementa en las temperaturas altas).


Los aguaceros torrenciales e inundaciones más frecuentes en las zonas urbanas serán la causa mayor de daños a la propiedad, una carga más pesada en el manejo de emergencias, el aumento de los costos de limpieza y reconstrucción, y un creciente costo financiero sobre las empresas y los propietarios de viviendas. Las inundaciones del Oeste medio del 2008 son un reciente y vívido ejemplo de estos costes. Las lluvias torrenciales y las inundaciones urbanas pueden también sobrecargar los sistemas combinados de alcantarillado y de aguas de lluvia y liberar contaminantes en los acueductos. Lamentablemente para muchas ciudades, el planeamiento actual y la infraestructura existente están diseñadas para un evento histórico uno en cien años, mientras que las ciudades están propensas a experimentar el mismo nivel de inundaciones con mucha mayor frecuencia como resultado del cambio climático previsto para este siglo.


Las ciudades están también propensas de ser afectadas por el cambio climático de formas imprevistas, necesitando un desvío de fondos de la ciudad para respuestas de emergencia a condiciones climáticas extremas. Existe el potencial peligro de apagones eléctricos de verano debido a la gran demanda de aire acondicionado. Por ejemplo, hubo cortes de electricidad generalizados en Chicago durante la ola de calor de 1995 y en algunas partes de la ciudad de Nueva York durante la de 1999. En las ciudades al sur de California, una demanda adicional de electricidad en verano intensificará los conflictos entre la energía hidroeléctrica y los objetivos de control de inundaciones. El incremento de los costos de reparación y mantenimiento son proyectados para los sistemas de transporte, incluyendo carreteras, ferrocarriles y aeropuertos, dado que estos son afectados negativamente por las lluvias torrenciales y el calor extremo. Lidiar con el aumento de las inundaciones requerirá el reemplazo o la mejora del drenaje pluvial, canales de inundación, diques y represas.


Además, las ciudades costeras son también vulnerables al aumento del nivel del mar, al oleaje de las tormentas, y al incremento de la intensidad de los huracanes. Ciudades como Nueva Orleans, Miami, y Nueva York se encuentran en particular riesgo y tendrían dificultades para hacer frente a la elevación del nivel del mar bajo un escenario de emisiones altas proyectada para fines de siglo. Remanentes de huracanes moviéndose hacia el interior amenazan también a ciudades de los Montes Apalaches, los cuales son vulnerables si la frecuencia o la intensidad aumenta. Dado que las ciudades más grandes de los Estados Unidos se encuentran en las costas, en las riveras de los ríos, o en ambos, el cambio climático tenderá a incrementar su potencial de daño por inundación. Los mayores impactos serán esperados cuando el aumento del nivel del mar, los grandes desbordes, los oleajes elevados y las tormentas coincidan.


El Calor, la sequía, y el estancamiento del aire degradan la calidad del aire y la calidad de vida



Las oleadas de calor y la pobre calidad del aire ya amenazan las vidas de miles de personas cada año. La experiencia y la investigación han demostrado que estos eventos están interelacionados como las condiciones atmosféricas que producen las olas de calor está con frecuencia acompañadas de estancamientos de aire y pobre calidad del aire. La ocurrencia simultánea de olas de calor, sequía y estancamiento de aire afectan negativamente la calidad de vida, en especial en las ciudades.


Uno de estos eventos ocurrió en los estados Unidos durante el verano de 1988, causando de 5,000 a 10,000 muertes y pérdidas económicas de más de 70 mil millones (en dólares de 2002). La mitad de la nación fue afectada por la sequía, y un record nunca antes alcanzado de 5,994 registros diarios de temperatura alta fueron establecidos en todo el país solo en julio (más de tres veces el más reciente promedio de 10 años). La pobre calidad del aire resultante de la ausencia de precipitaciones, altas temperaturas, y condiciones de estancamiento condujo a un número sin precedentes de días no saludables de calidad de aire a lo largo de grandes extensiones del país. Un cambio climático continuo se prevé aumente las probabilidades de tales episodios.


Interacciones tales como aquellas entre la olas de calor y la sequía afectarán la planificación de la adaptación. Por ejemplo, el uso de la electricidad crece durante las oleadas de calor debido al incremento de la demanda de aire acondicionado. Durante las sequías, la disponibilidad de agua de refrigeración es la más baja. Así, durante una simultánea ola de calor y sequía, la demanda de electricidad para refrigeración será alta cuando la disponibilidad de agua refrigerante de la planta energética se encuentre en su más bajo nivel.


El cambio climático afecta a las comunidades mediante cambios en los recursos sensibles al clima que ocurren sea a nivel local o a grandes distancias.



Las comunidades humanas están íntimamente conectadas a los recursos más allá de sus fronteras geográficas. Así, las comunidades serán vulnerables a los potenciales impactos del cambio climático o recursos algunas veces distantes. Por ejemplo, las comunidades que han desarrollado áreas cercanas de producción agrícola, tales como el cinturón de maíz del oeste medio o las regiones productoras de vino de California y el Noroeste, dependen de la productividad continua de esas regiones, las cuales podrían verse comprometidas por las temperaturas elevadas o un clima severo. Parte de la producción agrícola que está vinculada a los climas fríos es probable que desaparezca por completo: el calentamiento reciente ha alterado los patrones de temperatura requerida para la producción de jarabe de arce, desplazando la producción hacia el norte desde Nueva Inglaterra hacia Canadá. De forma similar, los arándanos requiere un largo período de fríos de invierno, el cual viene reduciéndose a medida que el clima se calienta. La mayoría de las ciudades dependen de los suministros de agua de cuencas lejanas, y aquellas dependientes de suministros en disminución (como la nieve de Sierra Nevada) son vulnerables. Las comunidades del Noroeste también dependen de los recursos forestales para su base económica, y muchas islas, costeras, y comunidades del "cinturón del sol" dependen del turismo.


La recreación y el turismo juegan roles importantes en la economía y calidad de vida de muchos americanos. En algunas regiones el turismo y la recreación son los principales creadores de empleo, trayendo miles de millones de dólares a las economías regionales. A lo largo de la nación, la pesca, la caza, el esquí, las motos de nieve, el buceo, las visitas a las playas, y otras actividades de aire libre hacen importantes contribuciones económicas y son una parte de las tradiciones familiares cuyo valor va más allá de los rendimientos financieros. Un clima cambiante significará oportunidades reducidas para algunas actividades y lugares, y oportunidades de expansión para otras. La caza y la pesca cambiarán a medida que los hábitats de los animales se desplazan y las relaciones entre las especies en las comunidades naturales se vean perturbadas por sus diferentes respuestas al cambio climático rápido.


El seguro es una de los sectores particularmente vulnerables al incremento de los fenómenos climatológicos extremos tales como tormentas severas, pero también puede ayudar a las sociedades al manejo de los riesgos.



El seguro -la más grande de las industrias del mundo- es uno de los mecanismos primarios a través del cual los costos del cambio climático son distribuidos a través de la sociedad.


La mayoría de los efectos del cambio climático descritos en este informe tienen consecuencias económicas. Una significativa porción de éstas fluyen a través de los mercados de seguro públicos y privados, los cuales esencialmente suman y distribuyen el riesgo de la sociedad. Los seguros proveen así una ventana entre la multitud de formas en las cuales se manifestarán los costos del cambio climático, y sirve como una forma de adaptación económica y como un mensajero de estos impactos a través de los términos y las señales de precio que envían a sus clientes.


En un año promedio, cerca del 90 por ciento de pérdidas por catástrofe asegurados en todo el mundo están relacionados con el clima. En los Estados Unidos, cerca de la mitad de estas pérdidas están aseguradas, las cuales ascendían a $320 miles de millones entre 1980 y 2005 (ajustado por inflación a dólares del 2005). Si bien los acontecimientos importantes como los huracanes acaparan los titulares, el efecto agregado de las cuentas de los eventos mas pequeños asumen al menos el 60 por ciento del total de las pérdidas aseguradas en promedio. Muchas de las pérdidas de propiedad a escala más pequeña y pérdidas de salud y vida relacionados con el clima no son cuantificadas.


La escalada de riesgos de eventos climáticos catastróficos, junto con el retiro de aseguradoras privadas de distintos mercados, vienen poniendo en mayor riesgo financiero al gobierno federal como asegurador de última instancia. El Programa Nacional de Seguros contra Inundaciones hubiera sido declarado en quiebra luego de las tormentas de 2005 si no hubiesen tenido la capacidad de préstamo del Tesoro de los Estados Unidos de cerca de $20 mil millones. Para los programas de seguros públicos y privados por igual, las pérdidas crecientes requieren de una combinación de primas basadas en el riesgo y la prevención de pérdidas mejorada.



Aunque los factores económicos y demográficos sin duda han contribuido al crecimiento de pérdidas observado, estos factores no explican a totalidad la tendencia al alza de los costos o del número de eventos. Por ejemplo, durante el período de tiempo que abarca la figura, la población aumentó en un factor de 1.3 mientras que las pérdidas se incrementaron en un factor de 15 a 20 en dólares ajustados a inflación. Análisis asestándole poco o ningún papel al cambio climático en el aumento del riesgo de pérdidas tienden a centrarse en un conjunto muy limitado de peligros y situaciones. Asimismo, a menudo no tienen en cuenta las fluctuaciones de los ciclos naturales y los ajustes por inflación, o de normalizar los factores compensatorios tales como la prevención de pérdidas mejoradas pre y post-evento (como los diques, los códigos de construcción, y los sistemas de alerta temprana).


Lo que es cierto con una gran certeza es que los futuros aumentos de pérdidas serán atribuibles al cambio climático en tanto aumente la frecuencia e intensidad de muchos tipos de condiciones meteorológicas extremas, tales como tormentas severas y olas de calor.


El seguro es emblemático en la creciente globalización de los riesgos climáticos. Debido a que las grandes compañías de base en los Estados Unidos operan en todo el mundo, sus clientes y sus activos están expuestos a los impactos del clima dondequiera que ocurran.


El aumento de las pérdidas ya está afectando la disponibilidad y asequibilidad de los seguros. Varios millones de clientes en los Estados Unidos, incapaces de comprar un seguro privado, se están refugiando en los consorcios de seguros de mandato estatal, o simplemente absteniéndose de seguro del todo. La compensación por el aumento de los costos de seguro es uno de los beneficios de las inversiones de mitigación y adaptación para reducir los impactos del cambio climático.


Estados Unidos está conectado a un mundo que es vulnerable al cambio climático de forma desigual y por lo tanto se verá afectado por impactos en otras partes del mundo.


La sociedad estadounidense no sufrirá los impactos del cambio climático de forma aislada. En un mundo cada vez más conectado, los impactos en otras partes tendrán ramificaciones políticas, sociales, económicas y ambientales para los Estados Unidos. La concentración en aumento de personas en las ciudades viene ocurriendo de forma global, pero es más frecuente en países de bajos ingresos. Muchas grandes ciudades están localizadas en zonas vulnerables como llanuras proclives de inundación y costas. En la mayoría de ellas, los pobres con frecuencia viven en los entornos más marginales, en áreas que son susceptibles de fenómenos extremos, y su habilidad para adaptarse es limitada por su ausencia de recursos financieros.


Por otra parte más de la mitad de la población mundial -Incluidas la mayoría de las ciudades más importantes del mundo- dependen del deshielo de glaciares o nieves para abastecer de agua para beber. Sin embargo, la tendencia actual de abundancia de suministro de agua, está proyectado se revertirá como consecuencia del incremento de temperaturas en todo el mundo, lo cual reducirá aun más la masa glaciar ocasionando mayores precipitaciones en forma de lluvias y menos como nieve.


A medida que las condiciones empeoran, el número de personas con deseos de emigrar a los Estados Unidos crecerá. La cusa directa del aumento potencial de migraciones, tales como los fenómenos climáticos extremos, será difícil de separar de otras fuerzas que inducen a la gente a emigrar. El cambio climático tiene también el potencial de alterar las relaciones comerciales mediante el cambio de las ventajas comparativas de comercio de las regiones o naciones.


Fuente (texto e imágenes): Global Climate Change Impacts in the United States

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