Traductor de Textos Google

Este es mi compromiso

Este es mi compromiso
Con tu voz nadie será silenciado

Hora: GMT - 05:00

Por qué los ductos Dakota Access y Keystone XL que planea Trump no tienen sentido

En Estados Unidos, el memorándum presidencial —como las Órdenes Ejecutivas— tiene peso de ley y guía las acciones del gobierno. Sin embargo, las órdenes no pueden revocar leyes existentes. Desde una perspectiva legal, nadie sabe realmente cuán efectivas serán estas órdenes. Parecen haber sido escritas sin consultar a las agencias que afectan.
Ambos, los memorandos de DAPL y KXL intentan omitir los procesos de revisión ambiental ordenados por la ley federal en los Estados Unidos... actualmente en curso. Pero los expertos legales creen que la ley no permitirá que Trump omita las revisiones ambientales en su totalidad.
Irónicamente, Trump ha ordenado una congelación de contrataciones y financiamiento en la Agencia de Protección Ambiental (EPA). La EPA tiene el papel crucial de aprobar el EIS (Declaración de Impacto Ambiental), final para estos oleoductos.

Eso sin mencionar de los importantes vínculos financieros deTrump con Dakota Access Pipeline, cuyo Director ejecutivo aportó cientos de miles de dólares a su campaña a la presidencia... y haber personalmente invertido en dos grandes empresas de construcción DAPL: Energy Transfer Partners y Phillips 66.



Por Jesse Coleman - 1 de febrero de 2017

Manifestación para detener el ducto de acceso de Dakota en Washington D.C. 13 Sep, 2016 © Robert Meyers / Greenpeace

La semana pasada, Donald Trump firmó un conjunto de memorandos presidenciales destinados a impulsar los proyectos de los oleoductos más infames y desestabilizadores de los Estados Unidos: el ducto de acceso de Dakota (DAPL) y el gasoducto Keystone XL (KXL).

Trump quiere acelerar la aprobación y construcción de los oleoductos mediante la cancelación de revisiones ambientales —un intento flagrante de burlar la ley de EE.UU. para beneficiar a las empresas de combustibles fósiles.

Pero los oleoductos ya han sido detenidos por los protectores de agua Indígenas y una resistencia global masiva encendida por la amenaza que estos proyectos plantean a sitios sagrados, el agua potable y el clima. Esa resistencia no se va a ninguna parte.

Protesta ante las tropas de la guardia nacional y de la policía de los EEUU en las tuberías de acceso de Standing Rock Dakota, avanzando sosteniendo una pluma del águila hacia un protector del agua en un campo cerca de la reservación Standing Rock . Fecha: 27 Oct, 2016 © Richard Bluecloud Castaneda / Greenpeace

Las acciones de Trump no hacen que los oleoductos sean ineludibles.


En Estados Unidos, el memorándum presidencial —como las Órdenes Ejecutivas— tiene peso de ley y guía las acciones del gobierno. Sin embargo, las órdenes no pueden revocar leyes existentes. Desde una perspectiva legal, nadie sabe realmente cuán efectivas serán estas órdenes. Parecen haber sido escritas sin consultar a las agencias que afectan.

Ambos, los memorandos de DAPL y KXL intentan omitir los procesos de revisión ambiental ordenados por la ley federal en los Estados Unidos.

El memo de KXL indujo a TransCanada, la compañía que construyó el oleoducto, a volver a solicitar un permiso crucial que antes fue negado por la administración Obama. TransCanada aceptó esa invitación la semana pasada. Denominado "Permiso presidencial" —actualmente es concedido por el Secretario de Estado. El permiso es necesario porque KXL cruza la frontera entre Canadá y los EE.UU.

En un giro interesante, esto puede no ir de la manera que el equipo de Trump espera.

El probable Secretario de Estado es Rex Tillerson, ex director ejecutivo de ExxonMobil. Como condición para su nombramiento, Tillerson ha prometido recusarse a sí mismo de cualquier decisión que involucre a Exxon durante un año. Keystone XL, llevaría petróleo de arenas alquitranadas de Alberta, Canadá a refinerías a lo largo de la costa del Golfo. Exxon tiene explotaciones masivas de arenas alquitranadas y es totalmente posible que las arenas de alquitrán de Exxon fluyan a través de la tubería KXL. Si ese es el caso, Tillerson tendría que auto recusarse de la decisión de KXL, dejando un proceso nada claro para la aprobación del permiso.

La organización ambiental NRDC (Consejo de Defensa de los Recursos Naturales) señala que el Keystone XL se enfrenta a una serie de otros obstáculos legales, económicos y de permisos.

  • El petróleo de arena de alquitrán es caro de excavar y explotar, haciendo que el oleoducto sea mucho menos atractivo financieramente de lo que era cuando se propuso.
  • La compañía detrás de la tubería todavía necesita permisos de la Ley del Agua Limpia.
  • El estado de Nebraska todavía necesita aprobar una ruta y permitir el paso del oleoducto. Y el estado ha visto una oposición muy amplia y bien organizada.
  • El permiso del oleoducto en el estado de Dakota del Sur también está siendo desafiado.

Personas se reúnen en apoyo de Standing Rock Nation en la Plaza del Centro de la Ciudad de San Francisco. 15 de noviembre de 2016 © Michael Short / Greenpeace

Las órdenes de Trump son parte igual del capitalismo descarado y un confuso montón de conflictos legales.


Trump tiene también importantes vínculos financieros con Dakota Access Pipeline, cuyo Director ejecutivo aportó cientos de miles de dólares a la campaña de Trump para la presidencia. Trump también podría haber personalmente invertido en dos grandes empresas de construcción DAPL: Energy Transfer Partners y Phillips 66. Los portavoces de Trump han afirmado que vendió estas acciones, pero no han aportado pruebas.

El memorándum del DAPL ordena al Secretario del Ejército (un político designado por Trump llamado Robert Speer) que ignore la Ley Nacional de Protección Ambiental y la Ley de Especies en Peligro "en la medida que sea permitida por la ley". El documento también intenta cancelar una revisión de los impactos ambientales y sociales de la ruta propuesta por el oleoducto, denominada Declaración de Impacto Ambiental (EIS), actualmente en curso. Pero los expertos legales creen que la ley no permitirá que Trump omita las revisiones ambientales en su totalidad.

E irónicamente, Trump ha ordenado una congelación de contrataciones y financiamiento en la Agencia de Protección Ambiental (EPA). La EPA tiene el papel crucial de aprobar el EIS (Declaración de Impacto Ambiental), final para estos oleoductos, lo que significa que el ataque de Trump a la ciencia de la EPA podría retardar la aprobación de la tubería.

El poder de la gente todavía puede detener estas tuberías.

Los Sioux de Standing Rock, cuya agua y tierras sagradas están amenazadas por DAPL, ya han presentado un recurso legal y llevarán el memorándum de Trump ante la corte.

Y un creciente movimiento de masas se está levantando con el liderazgo indígena para detener estos proyectos zombies para siempre. La gente en todo el mundo no sólo están tomando los permisos gubernamentales que necesitan los oleoductos, sino que también están desafiando a los bancos que financian la construcción.

Uno de los mayores suscriptores del Dakota Access Pipeline es Citibank. Citibank realmente tiene reglas que gobiernan qué tipo de proyectos el banco puede financiar. Los proyectos que atropellan tratados y derechos indígenas, en tanto ponen en peligro las vidas y fuentes de consumo de cientos de miles de personas, son violaciones claras de las propias políticas de Citibank. Cortar los fondos para estos proyectos puede detener el oleoducto en su totalidad —independientemente del intento voraz del equipo de Trump de socavar las leyes de los Estados Unidos.

Envíe un mensaje a Citibank ahora mismo: díganle que cumpla con sus principios y corte el financiamiento de Dakota Access Pipeline.

Jesse Coleman es investigador del equipo de investigación de Greenpeace en Greenpeace USA.
Una versión de este blog fue publicada originalmente por Greenpeace USA.


Esta es una traducción del post:
 (Por qué los ductos Dakota Access y Keystone XL que planea Trump
 no tienen sentido), Blogpost de Jesse Coleman, publicada en
 febrero 1 de 2017.

No hay comentarios:

Conferencia Cradle to Cradle: La búsqueda de la ecoefectividad