Todavía no alcanzamos a recuperarnos de la pesadilla que significó y significa para el mundo entero el asistir impotentes a una versión on-line de la destrucción la naturaleza en las aguas del golfo de México, hábitat de tantas especies oriundas y migrantes -irresponsabilidad compartida tanto por la empresa extractora de crudo BP y el gobierno de los Estados Unidos por no saber contraponer una condicional previsora a una actividad económica de tanto riesgo para el medio ambiente-, cuando, cual si picados por un aberrante sentido solidario, otras empresas y otros Estados quisieran poner su granito de arena en esta cadena de apatías y total desprecio por la preservación de otro tipo de vidas, acaso erradamente consideradas de segunda categoría, -o poseídos tal vez por ese inevitable resplandor del dinero y del dividendo que suele nublar la capacidad de distinguir las similares prerrogativas de otros seres también merecedores de ser protegidos y no discriminados-, el pasado 21 de junio es reportado un derrame de crudo en aguas del Huallaga ocasionado por la empresa Plus Petrol. Accidente que bien podría ser considerado una eventualidad si no fuera por la gran cadena de "incidentes" que acusa la empresa en su historial, las más de ellas sin haber sido dignas de algún tipo de sanción que pueda evitar tanta reincidencia y sentido de irresponsabilidad.
Y mientras trato de entender el porqué de tanta apatía para realizar algo tan simple como es el solo hacer cumplir la ley, se me oponen las imágenes de una coyuntura que hoy remece el ambiente proteccionista del Perú en la figura del Padre Paul McAuley, un defensor a carta cabal de aquel proscrito derecho a ser humano entre humanos; contrastándola groseramente; rasgándola sin poder evitar ese aflorar de un cierto hedor a intolerancia e hipocresía de entre sus costras todavía frescas sobre las cuales el amarillismo de antaño en concertado coro de desafinadas voces pareciera querer regodearse a costa de desinformación y severidad inusitada sin alcanzar a despertar del todo de un sueño que los tiene totalmente confundidos cual si vivieran aún sus más iconizados años del garrote y la prebenda. Severidad que dicho sea de paso, se deshincha y agacha junto con su mirada cuando se trata de señalar a un poderoso como es la gran petrolera cuyos actos impunes entonces sí, no merecen ser llamados desestabilizadores, menos lesivos para con el Estado peruano.
400 barriles, a pesar de que las cifras "no oficiales" hablan de mayores volúmenes, en un ecosistema tan frágil como es la amazonia, no puede ser minimizado al extremo que ni siquiera merezca una investigación y una sanción ejemplarizadora de parte del ejecutivo ("dueño" del contrato y de sus cláusulas), máxime si se trata de una cuenta más en un gran rosario de reincidencias (no menos de 30), las más de ellas como esta sin haber merecido una sola sanción, máxime si se trata como esta, de un área que involucra a la principal reserva ecológica peruana, la de Pacaya Samiria, y a un río fuente de alimento y recurso hídrico de muchos nativos y ribereños peruanos. Lo menos que debería despertar en medio de tanto silencio, es un inmenso saltar hasta el cielo que ponga los pies sobre la tierra a la empresa transgresora y una pregunta que incómoda de tanto no ser atendida dijera: ¿Porque tanta permisibilidad?. ¿Es acaso difícil de entender que acciones oportunas como las oportunas sanciones, no solo servirían para remecer el instinto de conservación económico de la empresa pues a nadie le gusta que le toquen el bolsillo, pero por sobretodo, para ganarse aquella tan esquiva porción de confianza de parte de las comunidades nativas hacia una actividad económica tan destructiva como es la extracción de crudo y en zonas tan vulnerables como los bosques tropicales? Confianza de la que también adolece el Estado peruano y mucho ganaría en irla revirtiendo de a pocos entre esos también connacionales en vez de propiciar más la confrontación y la intolerancia?
En la página web de OSINERGMIN existe apenas una sanción específica a Plus Petrol por el derrame de petroleo en Planta Malvinas en 2007, con un bochornoso monto de 31.98 UIT, si hay más probablemente esté camuflada en algún rubro de 'accidentes' que a la luz de la transparencia, nada dice, como nada dicen los montos de sanción igualmente humillantes. Todo esto es incalificable si tenemos en cuenta que hay un sin número de denuncias que acusan entidades como FECONACO haber formalizado ante el órgano rector, sin haber hallado respuesta a sus reclamos (ver: Derrame de petroleo en río Marañón)
McAULEY: UN PADRE EN MISIÓN TERRENA
Volviendo al tema de la situación migratoria hoy en estado de observación del Padre McAuley, solo podemos exigir una mayor claridad en los cargos que se le imputan, y mayor veracidad y menos ambigüedad en lo que se afirma. Si es como se le quiere achacar, un protagonismo como instigador en los tristes sucesos de Bagua, sería importante que muestren junto con las palabras, algún indicio fotográfico, videográfico u otro, que lo comprometa. Si se le va a sancionar con la expulsión del país como a un vulgar delincuente solo por haber salido a cumplir su labor pastoral y de asistencia a connacionales usualmente marginados de muchas de las comodidades de las que gozamos en las ciudades; o por dedicarse como dice la acusación, "a los derechos humanos en vez de a su labor religiosa" sin alcanzar a comprender siquiera la magnitud que encierra la labor del ser un religioso ni los ámbitos humanos a los cuales, cuando real, deben su profeso compromiso, creo que muchos de nosotros mereceríamos peores sanciones que aquella por nuestra miopía a la hora de cumplir con nuestro deber dentro de nuestro propio país. Que hay de malo en hacer uso de una imagen para ayudar a ser oídos a quienes siendo muchos entre los pocos se les apoya también en ser considerados seres humanos en medio de la indiferencia. Es eso desestabilizador? Que es conciliar cuando hay iniquidad, pregunto a quienes pretenden realizar su obligación social para la que fueron elegidas, con cantalejos y con una botella no degradable de agua envasada de lado.
Un día cualquiera oí algo muy sabio que, si no fuera por el destinatario a quien iba referido el mensaje, tan lleno de deshonestidad trivial en vez de idea alguna que promueva el debate, hubiérame enternecido hasta las entrañas: "No hay que tener miedo a las ideas -decía el mensajero, cuya frase me permito complementar con algo tan fundamental como esencial es de todo entendimiento humano. ¡Sí pues, la defensa de los derechos humanos es la idea esencial a la que no debemos de temer si queremos ser consecuentes con cada sentencia que acompaña nuestras muchas veces, posiciones demagógicas ante las masas! Ser defensor de los derechos humanos es ser coherente con el sentido de hermandad con el que debemos mirar a todos quienes comparten nuestros aires, nuestros suelos, y deberían hacerlo con nuestra agua y nuestros alimentos, pero muchas veces consideramos tan insignificantes de ser dignos de nuestra común atención que simplemente los separamos de nuestro impenetrable ámbito civilizado.
Hay una sola puerta señores que abre paso a la verdad, y es la razón. Pero hay puertas que como el cuento de los locos, para unos apenas está pintada en la pared con fines de apariencia y en la cual se dan de bruces, tras bruces quienes, de tanto hacer uso de la ventana posterior olvidan la meticulosidad y rigidez de las formalidades. Si no somos capaces de implantar disciplina entre los unos, porqué nos empeñamos en hacerlo y con demasiada severidad entre los otros. La disciplina es fundamental, pero solo si funciona de manera integral, lo otro apenas linda con la discriminación y la intolerancia.
Otros entes no subversivos que apoyan al Hermano Paul:
. Conferencia de Religiosos del Perú.
. Monseñor Alberto Campos Hernández
. Sociedad Peruana de Derecho Ambiental.
. Diócesis de Carabayllo.
. Instituto Bartolomé de las Casas
. Amnistía Internacional, entre otros...
Fotos cortesía de:
1. Diario de IQT
2. Diócesis de Carabayllo
Derrame de petroleo en San José de Saramuro, Río Marañón
