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lunes, 15 de junio de 2009

Seis ojos en sincronía, seis cuestiones en avenencia, una sola respuesta y un cambio de actitud - Cuarta parte

Como responde el sistema terrestre a los cambios naturales y a aquellos ocasionados por el hombre?

Los científicos del clima han estado monitoreando el stock de energía de la tierra desde el lanzamiento del satélite Nimbus-7 por la NASA en 1978. La misión puso un nuevo instrumento en el espacio denominado Experimento de Radiación en la Tierra (Earth Radiation Budget Experiment, o ERBE), diseñado para medir toda la energía dejada ir a través de la cima de la atmósfera de la tierra. Toda la luz solar ingresada menos toda la luz reflejada y calor emitido es el stock de energía de nuestro mundo. La segunda ley de la termodinámica exige al sistema climático de la tierra buscar un equilibrio tal que, en el transcurso de un año la cantidad de energía recibida sea igual a la cantidad de energía perdida en el espacio. De esa forma, normalmente el stock de energía se mantiene en balance.

Sin embargo el presupuesto de energía puede perder su balance en cualquiera de las siguientes tres formas:

1. un cambio en la cantidad de ingreso de radiación solar. Este cambio puede ser en uno u otro caso, o en ambos, debido a una modificación en la emisión de energía del sol, o a los cambios en el mecánica orbital de la tierra en curso.
2. un cambio en la abundancia de gases de efecto invernadero en la atmósfera de la tierra. El incremento en la concentración de gases como el dióxido de carbono y el metano retarda la tasa a la cual la tierra devuelve el calor de regreso al espacio en relación a la tasa a la cual la luz solar calienta la superficie.
3. un cambio en las características de reflexión de la tierra. Los objetos blancos y brillantes reflejan más rayo solar del que absorben, mientras que los objetos marrón, verde, y azul obscuros, absorben mayor cantidad de luz solar de la que reflejan. Así, aumentando la extensión de los objetos reflexivos- tales como nubes, aerosoles [*], y capas de hielo- se enfría la tierra. De forma inversa al reducir la extensión.

Si bien cada una de estos tipos de cambio pueden ocurrir de forma natural, los seres humanos sólo puede influir en las dos últimas.

El sistema climático de la tierra es "sensible" a cualquiera de los cambios mencionados en una escala de 1 watt por metro cuadrado, o más. Esa cantidad de energía equivale a una bombilla de árbol navideño por cada 3-pies por 3-pies cuadrados de la superficie de nuestro planeta. Los científicos del clima hallaron que adicionando o reduciendo el stock energético de la tierra en 1 watt por metro cuadrado era suficiente para causar el calentamiento o enfriamiento del globo, dependiendo de la dirección y magnitud del cambio.



CALIPSO



Nombre completo: Satélite Pathfinder Infrarrojo y Lidar para la Observación de Nubes y Aerosoles

El satélite CALIPSO fue desarrollado para ayudar a resolver significativas interrogantes a los científicos y proporcionar información nueva acerca de los efectos que nubes y aerosoles (partículas en suspensión aéreas) ocasionan en los cambios en el clima de la tierra. Comprender estos componentes proveerá de un archivo de datos esencial para la comunidad científica internacional y una mejor comprensión de los procesos climatológicos de la tierra. Los modelos de predicción precisa del clima proveerán de información segura para elaborar decisiones políticas más informadas por parte de los líderes nacionales e internacionales, acerca del cambio climático.

CALIPSO conduce un lidar de 3-canales con una serie de instrumentos pasivos en formación con Aqua para obtener observaciones coincidentes de los flujos radiactivos y las condiciones atmosféricas. Esto posibilita nuevas evaluaciones basadas en la observación de los efectos radiactivos de aerosoles y nubes los cuales mejorarán en gran medida la capacidad de predicción futura del cambio climático.

CloudSat vuela también en formación con CALIPSO para proveer una comprensiva caracterización de la estructura y composición de las nubes y su efecto en el clima bajo todas las condiciones de tiempo. Este amplio conjunto de mediciones es esencial para una cuantificación precisa de los efectos radiactivos globales de aerosoles y nubes y entender su rol en la formación y variación del clima terrestre. Esta es una misión en cooperación con Francia.

[*]Los aerosoles son pequeñas partículas suspendidas en la atmósfera. Tienen como origen natural el polvo del desierto, la sal de los mares, las erupciones volcánicas y el humo de los incendios forestales. También son producidos por la combustión de carbón, el petróleo y otros combustibles fósiles; la fabricación de químicos y la conducción de automóviles y camiones.
Cuando las concentraciones de aerosol son lo suficientemente altas, pueden plantear serios riesgos para la salud, especialmente en individuos que padecen de asma y otros problemas respiratorios. Los aerosoles en suspensión aérea pueden también transportar hongos y patógenos microbianos y virales, los que puede conducir a epidemias en otras partes del planeta.
Mediciones de los satélites y estaciones terrenas muestran que muchos aerosoles permanecen en el ambiente por largos períodos de tiempo y pueden ser transportados por los vientos a cientos de kilómetros de su origen. En otras palabras, el aire que respiramos es fuertemente afectado por la administración de la atmósfera por parte de otros países- y viceversa.



fuente: www-calipso.larc.nasa.gov

viernes, 5 de junio de 2009

"En medio de un planeta que se calienta"


Nubarrones que amenazan

La tragedia de estas dos décadas perdidas es que el mundo durante este período se ha movido de una situación en la cual aproximadamente un billón de personas impulsaban el problema en los países industriales- los Estados Unidos, por ejemplo, tiene el 4.6 por ciento de la población mundial pero da cuenta del 20 por ciento de emisiones de CO2 de combustible fósil- a la realidad actual en la cual población mucho mayores de países en desarrollo están a punto de empujar el problema hacia cauces mayores aun[8].

Las emisiones globales de dióxido de carbono producto de la combustión de combustibles fósiles y la producción de cemento ascendieron de 22.6 toneladas en 1990 hasta un estimado de 31 billones de toneladas en 2007- un trastabillan te 37 por ciento de incremento. Esto es, 85 millones de toneladas de dióxido de carbono vertidas en la atmósfera cada día- o 13 kilogramos en promedio por persona. El incremento anual de emisiones se disparó del 1 por ciento al año en los 90, hasta 3.5 por ciento entre el 2000 y 2007- con China dando cuenta de la mayor parte de ese extraordinario salto[9].

Entre 1990 y 2008, las emisiones de dióxido de carbono a partir de la combustión de combustibles fósiles en los Estados Unidos crecieron 27 por ciento- pero las emisiones en China se elevaron en 150 por ciento, de 2.3 billones a 5.9 billones de toneladas. Más súbito y dramático de lo que los expertos hubieran esperado, China y otros países en desarrollo vienen ingresando a etapas en la energía, intensivas en su desarrollo económico, y sus fábricas, construcciones, plantas energéticas y vehículos vienen consumiendo ingentes cantidades de combustible fósil. Tan reciente como el 2004, la Agencia Internacional de Energía proyectaba el 2030 como el año en que China pasaría a los Estados Unidos en emisiones. Ahora tal parece que la línea fue cruzada en 2006[10].

La aceleración de las emisiones no son los únicos factores de creciente preocupación. La deforestación tropical- estimada en 13 millones de hectáreas por año- viene sumando 6.5 billones de toneladas de dióxido de carbono a la atmósfera anualmente. La selva tropical más grande del mundo, el Amazonas, está desapareciendo a un paso muy acelerado mientras los altos precios de la agricultura alientan el desmonte de tierras. Más alarmante aun, Los sumideros naturales de la tierra- sus océanos y sistemas biológicos- parecen haber perdido la habilidad de absorber una importante fracción de estas emisiones. Como resultado, el incremento de las concentraciones de CO2 en la atmósfera se ha acelerado a la tasa más rápida nunca antes registrada[11].
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Los científicos son reticentes por naturaleza, y la complejidad del sobre calentamiento e inevitable incertidumbre del problema climático han dado lugar a producir estudios equivocados y de difícil interpretación que naturalmente han dado comodidad considerable a aquellos que sostienen que es demasiado temprano para actuar sobre el cambio climático. En el pasado año, sin embargo, unos pocos valientes científicos han dejado las reticencias de lado. Hablando en Washington en el vigésimo aniversario de su histórico testimonio, James Hansen tuvo una aguda advertencia a los políticos: "Si no comenzamos a reducir las emisiones de efecto invernadero en los próximos años, y tomamos un curso diferente, entonces estaremos en problemas... Esta es la última oportunidad[12]".

Los científicos del clima han descubierto una particular e inconveniente verdad: para el momento en que las predicciones definitivas del cambio climático sean adoptadas por consenso científico, el sistema climático puede haber alcanzado un punto de inflexión en el cual el cambio del clima comience a alimentarse por si mismo- haciéndose esencialmente irreversible por siglos en el futuro. La pérdida de hielo Ártico, por ejemplo, permitirá que más luz solar caliente el Océano Ártico, acelerando la acumulación paulatina de calor y poniendo en situación de riesgo la vasta plataforma de hielo de Groenlandia. Y hay indicios de que el rápido incremento de temperaturas en el Ártico viene derritiendo el llano Ártico (tundra) dejando escapar de paso, adicionales cantidades de CO2 y metano.

[Extracto del capítulo 1 "La tormenta perfecta", de Christopher Flavin y Robert Engelman publicado por World Watch Institute: "ESTADO DEL MUNDO 2009. En un planeta que se calienta". www.worldwatch.org/node/5984]

Conferencia Cradle to Cradle: La búsqueda de la ecoefectividad