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jueves, 5 de agosto de 2010

Ecos mortales de una mancha invisible


La imagen aunque no lo parezca es de una ave acuática en plena agonía producto del derrame del Golfo de México. Foto: Charlie Riedel/AP. http://news.discovery.com/animals/oiled-birds-gulf-oil-spill.html

Este 20 de agosto próximo se conmemora un mes más -el 4º- de la tragedia que ocasionó uno de los desastres ecológicos más graves en la historia de la extracción y manipulación del crudo de petroleo, sin lugar a dudas, el más contaminante de los combustibles fósiles en la actualidad.


Deepwater Horizon, ha dado inicio el mes de manera muy optimista en lo que denomina el sellado final del pozo, y esto, en vez de traer tranquilidad por ese "final de pesadilla" anhelado, apenas si da inicio a una serie de interrogantes que irán, con el tiempo, abriendo paso a la real magnitud del desastre ocurrido a partir de un análisis pormenorizado de cifras de devastación ambiental del que ya no cabe duda es el mayor vertido accidental de crudo en el océano. -Cerca de 500 millones de barriles (779 millones de litros) que, tal como manifiesta Ian R. MacDonald, profesor de Oceanografía de la Universidad de Florida, hará que "...estemos escuchando los ecos de este derrame en el ecosistema, por el resto de nuestras vidas" - aunque claro, para NOAA (Administración Nacional de la Atmósfera y los Océanos) de la Casa Blanca, el peligro haya prácticamente desaparecido, según su informe propalado el 4 de agosto, según el cual "tan sólo el 31% del petroleo derramado queda en el océano, en proceso de disolución, evaporación y hasta sirviendo de alimento a microbios", algo que ven con mucha incredulidad los científicos independientes, precisamente, por su poco rigor científico. El tiempo lo dirá, como siempre será ese lado independiente de la sociedad la que de seguro habrá de merecer la mayor credibilidad, máxime, si es el propio Estado quien ha perdido autoridad respecto de una moratoria lógica sobre las perforaciones mar adentro que no admitía dudas.


Y es ese el tema "colateral" que preocupa, la situación actual de este tipo de industria extractiva, de alta peligrosidad para el ecosistema que, salvo algunas enmiendas respecto de las protecciones y excenciones que antes favorecían a las petroleras, recientemente aprobadas por la Cámara de Representantes, (ver la escandalosa desproporción por el ¡NO! de los Republicanos, en la votación) todo estaría volviendo a un estado de cosas previas al accidente luego de que la corte rechazara la moratoria a las perforaciones offshore que, para garantizar que otras plataformas estuvieran operando correctamente, pretendía prorrogar el presidente Obama. Esto no hace más que poner en evidencia el grado de obcecación y sumisión que existe hacia este combustible fósil entre los políticos norteamericanos, en especial los republicanos, y justifica su grado de reticencia ante retos tan importantes como la ecoefectividad y la sostenibilidad de un país que parece entregado a su nuevo papel de último bastión de los "magnates manos sucias", si tenemos en cuenta que China e India (grandes contaminadores junto con USA), siendo economías emergentes, mal que bien, tienen sus propias percepciones y sus propias iniciativas respecto de los peligros del cambio climático.


No es pues raro que el senado, tan indiferente como siempre, se diera unas vacaciones respecto del tema de la contaminación y el calentamiento global en contrapeso al enorme esfuerzo que de seguro ha de haber significado para ellos legislar en contra de sus aliadas, las empresas petroleras. Tampoco es raro ser testigos de la enorme desproporción existente entre una suerte de subsidios escandalosos, por decir menos, hacia una millonaria industria extractiva, en detrimento de otra mucho más limpia y barata que daría, durante su proceso de implementación masiva (y progresiva, no hay que asustarse), una mayor participación económica activa a la misma sociedad, por eso cuan importante es que ella misma se deje oír. En el enlace siguiente hay una forma muy directa de hacer llegar un mensaje muy personal al Congreso de los Estados Unidos, su país, diciéndole ¡NO a las nuevas perforaciones a mar abierto! que la industria petrolera arrogándose un astuto papel de víctima, pretende hacer creer a la opinión pública que la crisis energética del golfo ha sido ocasionado por el Gobierno Federal.


Según las pruebas de toxicidad realizadas por EPA en (1) el camarón mísido, bahia Americamysis, un invertebrado acuático, y (2) el pejerrey continentales, beryllina Menidia, un pez pequeño estuario, los dispersantes usados en el golfo, "...por si solos resultaron menos tóxicos que la mezcla de dispersante-petroleo". Las imágenes de vídeo que adjuntamos, muestran cuan inapropiado es pensar que el solo no ver la mancha negra en el mar es sinónimo de que el peligro ya pasó. El mar está contaminado, no hay mayor discusión y hay que evitar exponerse a su toxicidad, en especial a los niños. Según el vídeo, las muestras de agua del golfo sometidas de manera independiente a pruebas de toxicidad en julio reciente, tal como reza su título: simplemente estallan.



Pero si hemos de incidir en los lamentos, el que viene a continuación de seguro superará todos los que su sensibilidad es aún capaz de resistir: aquella aparente lid de posiciones entre los que creen en la contaminación como causa del calentamiento global, y los que no, a quienes hasta podría dárseles algún grado de justificación si su posición fuese producto de alguna convicción, pese al argumento científico arrollador en contra. Lamentablemente no es tal. Es apenas una mascarada pagada por grupos de empresas contaminadoras. Empresas como Kotch Industries y Exxon Mobil, entre muchas otras, "donantes" de los grupos escépticos, pagan y cobran mediante lobies de manera desvergonzada. Podemos enumerar solo algunos: Mercatus center, Americans for proeperity, Institute for humane Studies, ligados a las empresas antes mecionadas; está también el American Enterprise Institute, uno de los más insidiosos en la propaganda, ligado a otro grupo de empresas entre ellas, ¡Oh sorpresa!, nuevamente Exxon Mobil, The American Petroleum Institute, The Alliance of Automobile Manufacturers, etc. A propósito, al igual que el mensaje al Congreso, hay en curso una campaña promovida por Greenpeace para echarse abajo la farsa de las "mentiras sucias" (Dirthy lies) de los lobies escépticos, solo tiene que acceder al enlace lateral del blog y enterarse de que se trata.


Pero si esto es ya de por sí escandaloso y vergonzoso, lo que sigue a continuación supera todo límite que la cordura puede permitirse aceptar, pues tratándose de políticos supuestamente elegidos para defender a la sociedad, no puede menos que indignar el saberlos priorizar las causas de los aportantes a sus campañas electorales. Para muestra basta un botón, y vaya que botón: la senadora Lisa Murkowski (R), famosa por su defensa a ultranza de la "Ley del aire sucio" promovida por ella para poner fin al caracter regulador de EPA sobre empresas contaminadoras en Alaska, entre ellas, cuando no, Exxon Mobil Corp, Southern Co, Arch Coal, solo por citar algunas, es la más asidua crítica de EPA y fue, según Center for Responsive Politics, la representante que mayor contribución para su campaña recibió de parte de la industria utilitaria durante 2009 y 2010. $157,000 el año pasado, y mas de $244,000, desde 2005. Según informe del Washington Post dos lobistas de Washington, Jeffrey R. Holmstead y Roger R. Martella, Jr., habrían ayudado a redactar la enmienda original de Murkowski el pasado otoño. Ambos Holmstead y Martella, ocuparon altos cargos en la EPA bajo la administración Bush y representan a varios clientes con intereses en la legislación climática pendiente en el Congreso.


Es una lástima que senadores demócratas como Ben Nelson, Blanche Lincoln y Mary Landrieu, también se hayan sumado a convalidar tamaño esperpento republicano. "Amor a los chicharrones, más que por el chancho" lo llamaríamos por estos lares, hipocresía que rebasa los límites aun del propio conservadurismo que tanto se critica.


El Arctic Sunrise, barco del grupo ecologista Greenpeace, saldrá de Tampa, Florida, la semana del 9 de agosto y visitará los Cayos de la Florida y el parque nacional Dry Tortugas, antes de acercarse a la fuente del derrame, a 80 km de la costa de Venice, en Louisiana. Científicos independientes de distintas disciplinas a bordo del barco, examinarán la zona del Golfo a fondo -desde el plancton en la superficie hasta las plumas de crudo en la columna de agua o los corales de aguas profundas- para determinar el alcance de los impactos del vertido, estaremos a la expectativa de su informe final. Mientras tanto, siguen haciendo un llamado a los poderes públicos para que:


. Prohíban la perforación en aguas profundas y la exploración de cualquier otra vía no convencional de obtención de petróleo como las explotaciones en el ártico o las arenas bituminosas, por sus elevados riesgos.
. Dejen de subvencionar a los combustibles fósiles, como acordaron los miembros del G8 reunidos en Pittsburg el año pasado, entre los que estaba España.
. Reinviertan los fondos anteriores en la promoción de las energías renovables.
. Establezcan políticas públicas que estimulen una revolución energética basada en energías limpias, la única forma de luchar eficazmente contra el cambio climático.



Foto, Senador Murkowski, via UPI. http://www.treehugger.com/files/2010/01/murkowski-epa-regulate-stop-greenhouse-gas-utility-companies.php


Conferencia Cradle to Cradle: La búsqueda de la ecoefectividad